El teólogo Wayne Grudem define la Omnipresencia de Dios de la siguiente manera: “Dios no tiene tamaño ni dimensiones espaciales y está presente en todo punto en el espacio con todo su ser, y sin embargo Dios actúa en forma diferente en diferentes lugares”.
De esta definición podemos afirmar que Dios está presente en todas partes y lo llena todo. Él no está limitado. Nosotros casi siempre luchamos con el deseo de estar en muchos lugares al mismo tiempo, haciendo una u otra cosa, pero simplemente no podemos. Pero Dios no experimenta esa incapacidad. Él está presente con todo su ser en toda parte del espacio siendo siempre el mismo sin dividirse, ya que la naturaleza divina no puede separarse.
Podemos aprender de la Omnipresencia de Dios en (Salmos 139:7-10; 7. Tu Espíritu me acompaña a todas partes; no puedo escapar de tu presencia. 8. Si subiera al cielo, allí estarías; si bajara a las profundidades de la tierra, allí estarías. 9. Si fuera al oriente donde nace el sol, allí estarías; o al occidente, al fin de los mares, allí estarías. 10. Aun allí me tomarías de la mano y me conducirías; tú fuerte mano derecha me ayudaría.)
Donde sea que estemos a vayamos Dios está ahí, no podemos escapar del Señor o escondernos de Él. Que necio es pensar que podría existir un lugar donde podamos escondernos de Dios y hacer lo que deseamos sin que él lo descubra.
Jeremías 23:23-24, nos permite ver que tal idea es absurda y que nuestras palabras, pensamientos o acciones no están escondidos de Dios. El pasaje declara: 23. El Señor dice: “¿Es que soy Dios sólo de lo que tengo cerca? ¿Acaso no alcanza mi poder divino lo que está lejos? 24. ¿Podrá un ser humano ocultarse en un escondite donde yo no pueda verlo? Dice el Señor. ¿No lleno yo con mi presencia los cielos y la tierra?” Lo dice el Señor.
Mientras meditamos en está verdad deberíamos aprender que nuestras vidas deben ser movidos en todo tiempo a adorar al Señor ya que él esta presente en todo lugar y en todo momento. Nuestra adoración no puede limitarse a algún lugar o tiempo, del mismo modo nuestro caminar debería estar lleno de asombro, reverencia y temor ya que de continuo estamos delante de él y él ve y conoce todo de nosotros. El creyente puede deleitarse en la Omnipresencia de Dios. No tenemos un Dios ausente, incapaz de atender, sustentar y sostener los asuntos de sus Hijos.
En nuestra nueva vida sus Hijos redimidos sabemos que no estamos solos, él esta presente no solo en el lugar donde nos encontremos, sino que también él mora por medio de el Espíritu Santo en nosotros y que nos ama y ha hecho su morada en nosotros. ¡Pero es verdad también que todo hombre que permanece en su pecado, sin arrepentimiento en incredulidad hacia Cristo esta verdad la Omnipresencia de Dios es terrible! ¿cómo podrá el impío justificarse ante Dios, cuando Dios mismo ha sido ha estado presente siendo testigo de todos sus mentiras, codicias, deshonras, rechazos, ofensas, adulterios, robos, injusticia? ¿cómo escapará el día del juicio venidero? Teme oh hombre. Sin embargo aun hay esperanza ya que el Señor envío a su Hijo al mundo a morir por pecadores como tu y yo … Cristo puede dar vida por medio de su muerte, el extiende perdón gratuito y libertad a aquellos que arrepentidos de sus pecados renuncian a su rebelión para poner su fe en él. Solo Cristo puede reconciliarnos con Dios y traernos paz y gozo para disfrutar la presencia de Aquel que lo llena todo…
