Meditaciones

Pureza Sexual

Jose I Flores

Pastor iBPV

Jose I Flores

Pastor iBPV

Vivimos en tiempos peligrosos cuando se trata de ser puros sexualmente. Todo a nuestro alrededor apunta a que la fornicación, el adulterio, la pornografía y la lujuria es algo normal. Por si esto fuera poco, el mundo ha diseñado la forma de estimular el corazón caído para entregarse a estos deseos a través de todo tipo de contenido sexual sin censura alguna. El Internet, la televisión, la publicidad, la moda, la cultura y la música están saturados de toda clase de sensualidad sutil y abiertamente vulgar. Ni siquiera los niños se escapan, ellos también son la presa que el mundo está persiguiendo para llevarlos por la misma corriente pecaminosa.

Para ser honesto, los cristianos no estamos exentos a estás tentaciones, pero nuestro llamado es a vivir en contra de los placeres pecaminosos de este mundo. Hemos sido perdonados y transformados por el evangelio de Cristo y un nuevo corazón, con nuevos deseos e inclinaciones se nos ha impartido para andar en una nueva vida. Repetidamente en la Escritura se nos exhorta a vivir apartados de toda clase de inmoralidad sexual. Lee por favor estos pasajes y medita en ellos:

Romanos 13:13-14 13.Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

1 Corintios 6:18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.

1 Tesalonicenses 4:2-7 2.Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; 3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6 que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. 8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.

Efesios 5:3 3.Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos.

1 Corintios 6:13 13.Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.

Colosenses 3:5 5.Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría.

Definitivamente, no es posible mantenerse puro sin estar anclado a las verdades de la Palabra de Dios. En este proceso de santificación debemos depender de la obra del Espíritu Santo, al mismo tiempo que debemos ser activos y diligentes aprovechando los medios de gracia provistos por Dios como la oración, la palabra, la iglesia y el compañerismo entre hermanos.

En mi caminar con el Señor y mi constante búsqueda por mantenerme fiel al Señor en el tema de los pecados sexuales he encontrado algunos recursos valiosos para aprender a conducirme de la manera más sabia y prudente en este asunto. Uno de esos recursos valiosos para mi vida, es el libro “El Principio de la Pureza” de Randi Alcorn. Deseo compartir aquellas partes de este libro que han sido de gran ayuda en la conquista de la pureza en la que el Señor desea que andemos.
  1. Somos muchos los cristianos que tenemos la esperanza de que Dios nos va a guardar de la calamidad y de la desdicha, y al mismo tiempo cada día tomamos unas decisiones inmorales pequeñas, al parecer carentes de consecuencias, que nos van llevando lentamente hacia inmoralidades mayores.

  2. Nuestra conducta sexual revela quién o qué gobierna nuestra vida (Romanos 1:18-29). El pecado sexual es idolatría, porque pone nuestros apetitos en el lugar de Dios. 

  3. Todos los días hay hombres y mujeres cristianos que renuncian a su felicidad futura a favor de un estímulo sexual temporal. Como los adictos a drogas, vamos de dosis en dosis, cambiando la satisfacción de una vida justa por el gusto de un instante, que nos deja vacíos y deseando más. 

  4. Con cada pequeña mirada que alimenta nuestra lujuria, nos damos un nuevo empujón que nos acerca más al borde, donde la gravedad va a tomar el control y va a hacer que nuestra vida se derrumbe estrepitosamente. 

  5. Dios ordena que seamos puros, y prohíbe la impureza. La pureza es lo correcto. La impureza es incorrecta. ¿Cierto? Por completo. Pero es igualmente correcto decir que la pureza siempre es inteligente y la impureza siempre es insensata. Eso es. Yo lo llamo “el principio de la pureza” 

  6. En la pureza hay seguridad. En la impureza hay riesgo. La pureza siempre nos apoya. La impureza siempre nos hace daño. La pureza siempre es inteligente y la impureza siempre es insensata. Anótelo. Delo por seguro. 

  7. No vamos a escoger el camino de Dios constantemente, mientras no lleguemos a comprender que ese camino es siempre lo mejor para nosotros. 

  8. El temor de Dios es un profundo respeto por su santidad, en el cual se incluye el temor a las consecuencias que tiene el desobedecerle. Cuando sopesamos esas consecuencias, nos podemos sentir motivados a favor de la pureza. 

  9. Dios habla abiertamente del placer sexual dentro del matrimonio (Proverbios 5:18,19; Cantar de los Cantares 4:5; 7:1, 6-9). Las relaciones sexuales son el medio por el cual se conciben los hijos y se expresa la intimidad matrimonial. Ambas cosas son muy importantes para Dios. Cuando las relaciones sexuales se producen dentro de su contexto adecuado, y con un espíritu de entrega, Dios sonríe ante ellas.

  10. En cambio, abrazar la pureza es reclamar para sí un magnífico regalo. Como la fragancia de una rosa después de una lluvia de verano. La pureza es incomparablemente hermosa…y es una belleza que nunca terminará, porque todos los que vivan en el cielo serán puros (Apocalipsis 21:14-15).
     
  11. El problema no es la pasión, sino la lujuria. Servimos a un Dios apasionado. Lo debemos amar y servir con pasión. Pero necesitamos cultivar nuestras pasiones con el objetivo correcto, y no con los erróneos. Debemos aprender a controlar nuestro propio cuerpo, porque ese control no se produce de forma natural; de lo contrario, no habría que aprenderlo. Hacen falta adiestramiento y disciplina. Resistirse a las tentaciones es negarse de manera firme, valiente y obstinada a violar la ley de Dios. Es invocar repetidamente a Cristo para que nos dé la fortaleza necesaria a fin de decirles que “no” al mundo, la carne y el diablo, y en cambio, decirle que “sí” a Dios. Hacemos esto porque buscamos el gozo máximo, que solo se puede hallar en el conocimiento de Dios.  

Andar en inmoralidad sexual no es compatible con la nueva vida. Fuimos salvados por Cristo para ser santos, para su Gloria. Todos los días enfrentaremos tentaciones, malos deseos y pensamientos pecaminosos ¿cederemos? No!  Permanezcamos en la Palabra de Dios que santifica (Salmos 119:9; Juan 17:17) en la oración (Mateo 26:41) en comunión con el cuerpo de Cristo (Hebreos 3:13; 10:25) creyendo y aplicando el evangelio y aferrándonos más a la cruz de Cristo. 

Jose I. Flores es Pastor en Iglesia Bíblica Palabra Viva. Apasionado por Jesús, casado con Delia desde hace 13 años con quien tiene 4 hijos Eimy, Ian, Eliad y Dani.